Fue la época en que me toco conocer a un personaje que influyo en mí en gran importancia, como también mis tíos Mauro y Quintín. Se trata del (El Tío) Ernesto Quintero. (Tío de mi mama, y guía concejero espiritual de la abuela Rufina) por muchos años, era el tiempo donde si los médicos no encontraban solución a enfermedades por la vía de la ciencia y lo lógico, se iba a lo paranormal, era donde este Espiritista Curandero con mas de 50 años en la actividad y sexto sacerdote de la Reina María Lionza a donde acudían Gente rica, pero sobre todo gente pobre, sin esperanzas, con la fe perdida, para que este Señor los atendiera, construyo un imperio llamado Centro Espiritual San Judas Tadeo, El cual estaba legalmente registrado ante el Ministerio de Justicia, en el sector el manguito entre la Entrada a Carapita por la intercomunal de Antimano y la entrada a Carapita por el kilometro 07 de la carretera vía Junquito en Caracas. Cuando yo creía que mis problemas eran muchos, que las cosas que pasaban en mi casa eran graves, me di cuenta en este lugar, que hay y existen problemas en otras personas y familias de mayor gravedad y comprendí que a veces uno se ahoga en un vaso de agua. Una cosa es vivir las experiencias en este campo Espiritual y otra muy distinta es contarlas y que otros te puedan creer, por lo difícil de aceptar, para muchos un tabú, para otras religiones actos de brujería y cosas del demonio. Lo cierto es que, nunca he dejado de creer en Dios, mi fe es tan activa como la de un Alto clérigo de iglesia católica, o un predicador evangélico y eso no cambiara, ya era adolecente y con muchas cargas de culpas, amargura, y tristeza cuando conocí al Viejo Quintero y ese inolvidable grupo de personas que lo rodeaban y le ayudaban en sus labores Espirituales como auxiliares y médiums (Materias), como no recordar a el Sr. Guardia, la Sra. Lourdes, la Sra. Francisca, Sarabia, mi padrino Ángel, mis primos y primas, para atender los casos mas fuertes de pacientes que iban con algo muy malo en sus cuerpos y regresaban a Caracas curados y con buena salud. Recuerdo que viajamos cada mes en caravanas de carros, autobuses y hasta Jeeps de rutas troncales a las montañas de Agua Blanca en el Estado portuguesa, cerca de San Carlos Estado Cojedes en grupos de más de 100 personas. Aprendí a rezar oraciones para diferentes situaciones, Conocí y vi de cerca de lo que es capas de llegar a hacer la gente para dañar a otros, Fue mi encuentro Con la Reina María Lionza, Guaicaipuro y el Negro Felipe, y con muchos otros Espíritus incorporados en materias o médiums, que nos abrigaron con su amor, encantos y enseñanzas, aprendí lo importante de hacer el Bien para los demás, sin distingos de ningún tipo, entendí porque tenia que pasar por tantas cosas, y las que aun me faltaban por pasar, aprendí que las misiones se tienen que cumplir y no dejar nada por la mitad y mal hecho en el transito de nuestras vidas, vi pruebas de que si habían espíritus entre nosotros que se debían respetar, que somos un cumulo de fuerza, materia y energía, y no debemos andar jugando tanto con eso que llamamos la suerte, de que en la fe de cada quien esta el sentido para sanar y curarse de corazón y mentalmente para así poder ayudar a los demás, me siento honrado de ser parte de los pocos hijos por vocación y convicción del culto Espiritista Venezolano a la Reina María Lionza. Estar entre ellos me relajo, me hiso sentir que yo tenia un valor y una importancia en esta vida, porque a través de mi y de muchos que aun están, fueron ayudadas y sanadas otras personas, me enseñaron a vivir mejor, a buscar y aprender de la gente y de la vida, a no caer en tentaciones, a no caer en vicios, ni maldades, a portarme bien con todos, Solamente Dios sabe cual será nuestro destino y el premio a nuestros actos y sacrificios, el ser un Misionero Espiritual me enseño a no tratar de adelantarme en vano a mi futuro, sino vivir el día a día. Todo esto lo he vivido con la intensidad de mi acontecer diario, sin que mucha gente que respeto por su posición y creencias religiosas sepan de esta parte de mi, es mi secreto mejor guardado, los que conocieron esta faceta de mi vida hoy son mis grandes amigos y algunos enemigos, no me avoque a buscar otros cultos o religiones aunque las respeto y respeto aun mas a sus creyentes como; la santería, la palería, la predicación del evangelio, los católicos (soy uno de ellos), no me lucro con esta actividad, ni engaño a la gente, cuando ayudo a alguien y especialmente a los niños lo hago lleno de mucha fe, de cariño y de mucho amor, he ahí una de las causas de tener tantos ahijados y ahijadas hasta el presente, para mi es una bendición todo lo vivido y aprendido en este largo camino y aun se que faltan muchas cosas por aprender.
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